Dicen que la psicología es a la astrología, lo que el psicoanálisis a la astronomía. Coincido absolutamente. No es necesario entrar en discusiones aburridas, sobre la historia del origen y antecedentes de todas las fantasías que hicieron del “logos”, sinónimo de verdad y de la ciencia el método único de la razón. El mejor ejemplo que confirma esta sentencia, lo constituye el caso de la niña Paulette. La procuración de justicia impartida inicialmente, estuvo basada en el dictamen de una psicóloga, quien determino que la madre de la niña “tenia problemas” y después el conjunto de pruebas científicas reunidas por la Procuraduría de Justicia del Estado de México, concluyo lo que ya todos sabemos y nadie cree posible: que la bebe murió de manera accidental y que su cuerpo se mantuvo escondido al pie de la cama durante 9 días, sin que nadie se percatara de ello.
Quiero señalar que durante mi medio siglo de vida, he conocido sociólogos, comunicólogos, epistemólogos y toda una variedad de especialistas en desviaciones de la Filosofía, pero quienes han hecho de su saber un asunto de soberbia y pánico y de sus métodos y estudios una suerte de cartujos, son los psicólogos.
Hablo por mis años como paciente y como psicoanalista, como padre de una estudiante de psicología de la UAEM en Tejupilco, pero principalmente por la experiencia que tuve en el último encargo que desempeñe en el sector público, en el desarrollo y ejecución del Sistema Nacional de Orientación Educativa (SNOE).
Este programa constituyo, quizás el último esfuerzo que en serio se propuso el Estado Mexicano, para modificar el sistema educativo nacional, con base en lo dispuesto por el artículo tercero constitucional y que formaba parte de la llamada Revolución Educativa, a cargo de Jesús Reyes Heroles a quien la muerte impidió llevar a su culminación.
El SNOE fue creado por decreto presidencial publicado el 3 de octubre de 1984, como un medio para que los jóvenes estudiantes pudieran elegir opciones educativas, a partir de información: de planes y programas de estudio, por instituciones, modalidades y niveles educativos; de acuerdo a las características del mercado laboral y las proyecciones y tendencias de la economía; con base en las necesidades por entidad federativa, región y municipio.
Un proyecto sumamente ambicioso que se componía por tres áreas principales: un programa de información del sistema educativo; un programa de concertación con los sectores productivos; y convenios con los Estados de la República para establecer el SNOE en todo el territorio nacional.
Por desgracia, el inicio del SNOE a finales de 1985, se llevo a cabo cuando la SEP estaba en manos de Miguel González Avelar, quien reemplazo a Don Jesús Reyes Heroles, quedando dentro del organigrama de la Secretaria adscrito a la Subsecretaria de Planeación, cuyo titular era Luis Medina Peña, quien me contrato para hacerme cargo, bajo la Dirección de Mónica Elías Calles.
Para entender lo que paso entonces habría que recordar que González Avelar tenía fama de ser muy amigo del Presidente Miguel de la Madrid, “porque era el que le conseguía las viejas”
La SEP que conocí era un desastre en todos los sentidos: desorganización, apatía y miles de “aviadores”, recomendados, comisionados. Imposible tocar a tanto zángano. La Dirección que me encargaron tenía una plantilla como de 100 burócratas, de los cuales solo media docena eran los que trabajaron en desarrollar el SNOE. Hoy la educación está mucho peor, en manos de la maestra Gordillo.
Pero el SNOE tenía un propósito muy bien definido en cuanto a reemplazar a los maestros y psicólogos que hasta entonces hacían las semblanzas vocacionales y de los perfiles subjetivos, el destino de millones de estudiantes.
El 6 de Febrero de 1986 me toco inaugurar la primera EXPORIENTA en el Auditorio Nacional –el viejo- así como otras más en Guadalajara al lado del Señor Gobernador Enrique Álvarez del Castillo, quien me parecía un viejito senil (dos años después fue nombrado Procurador General de la República). Inaugure otra muy simpática en Oaxaca, con un Heladio Ramírez dicharachero, austero y prudente, mientras tuvo la visita del Secretario de Educación Pública, porque en cuanto este se subió en el avión que lo trajo de regreso al DF, el Gobernador dejo la Combi que lo transportaba y se subió a su Lincoln con dos guapas mujeres.
Conocí a Don Víctor Cervera el gran Baloo yucateco, y me toco ver a un campesino muy humilde que hacia antesala –por supuesto que yo pase primero, pues llevaba presupuestos para los estados que se comprometieran con el programa-. Pues ese hombre de rasgos indígenas era Presidente de un municipio de Yucatán y necesitaba dinero para comprar una bomba de agua. También inaugure la primera EXPORIENTA en Toluca, en el edificio viejo de la Universidad junto con el Dr. Efrén Rojas.
Como tantos programas de la administración pública, el SNOE desapareció y actualmente solo sobreviven unas ferias que reciben el nombre de Exporienta y que en realidad son escaparates para atraer estudiantes como clientes, de escuelas particulares y públicas también.
Quiero señalar que durante mi medio siglo de vida, he conocido sociólogos, comunicólogos, epistemólogos y toda una variedad de especialistas en desviaciones de la Filosofía, pero quienes han hecho de su saber un asunto de soberbia y pánico y de sus métodos y estudios una suerte de cartujos, son los psicólogos.
Hablo por mis años como paciente y como psicoanalista, como padre de una estudiante de psicología de la UAEM en Tejupilco, pero principalmente por la experiencia que tuve en el último encargo que desempeñe en el sector público, en el desarrollo y ejecución del Sistema Nacional de Orientación Educativa (SNOE).
Este programa constituyo, quizás el último esfuerzo que en serio se propuso el Estado Mexicano, para modificar el sistema educativo nacional, con base en lo dispuesto por el artículo tercero constitucional y que formaba parte de la llamada Revolución Educativa, a cargo de Jesús Reyes Heroles a quien la muerte impidió llevar a su culminación.
El SNOE fue creado por decreto presidencial publicado el 3 de octubre de 1984, como un medio para que los jóvenes estudiantes pudieran elegir opciones educativas, a partir de información: de planes y programas de estudio, por instituciones, modalidades y niveles educativos; de acuerdo a las características del mercado laboral y las proyecciones y tendencias de la economía; con base en las necesidades por entidad federativa, región y municipio.
Un proyecto sumamente ambicioso que se componía por tres áreas principales: un programa de información del sistema educativo; un programa de concertación con los sectores productivos; y convenios con los Estados de la República para establecer el SNOE en todo el territorio nacional.
Por desgracia, el inicio del SNOE a finales de 1985, se llevo a cabo cuando la SEP estaba en manos de Miguel González Avelar, quien reemplazo a Don Jesús Reyes Heroles, quedando dentro del organigrama de la Secretaria adscrito a la Subsecretaria de Planeación, cuyo titular era Luis Medina Peña, quien me contrato para hacerme cargo, bajo la Dirección de Mónica Elías Calles.
Para entender lo que paso entonces habría que recordar que González Avelar tenía fama de ser muy amigo del Presidente Miguel de la Madrid, “porque era el que le conseguía las viejas”
La SEP que conocí era un desastre en todos los sentidos: desorganización, apatía y miles de “aviadores”, recomendados, comisionados. Imposible tocar a tanto zángano. La Dirección que me encargaron tenía una plantilla como de 100 burócratas, de los cuales solo media docena eran los que trabajaron en desarrollar el SNOE. Hoy la educación está mucho peor, en manos de la maestra Gordillo.
Pero el SNOE tenía un propósito muy bien definido en cuanto a reemplazar a los maestros y psicólogos que hasta entonces hacían las semblanzas vocacionales y de los perfiles subjetivos, el destino de millones de estudiantes.
El 6 de Febrero de 1986 me toco inaugurar la primera EXPORIENTA en el Auditorio Nacional –el viejo- así como otras más en Guadalajara al lado del Señor Gobernador Enrique Álvarez del Castillo, quien me parecía un viejito senil (dos años después fue nombrado Procurador General de la República). Inaugure otra muy simpática en Oaxaca, con un Heladio Ramírez dicharachero, austero y prudente, mientras tuvo la visita del Secretario de Educación Pública, porque en cuanto este se subió en el avión que lo trajo de regreso al DF, el Gobernador dejo la Combi que lo transportaba y se subió a su Lincoln con dos guapas mujeres.
Conocí a Don Víctor Cervera el gran Baloo yucateco, y me toco ver a un campesino muy humilde que hacia antesala –por supuesto que yo pase primero, pues llevaba presupuestos para los estados que se comprometieran con el programa-. Pues ese hombre de rasgos indígenas era Presidente de un municipio de Yucatán y necesitaba dinero para comprar una bomba de agua. También inaugure la primera EXPORIENTA en Toluca, en el edificio viejo de la Universidad junto con el Dr. Efrén Rojas.
Como tantos programas de la administración pública, el SNOE desapareció y actualmente solo sobreviven unas ferias que reciben el nombre de Exporienta y que en realidad son escaparates para atraer estudiantes como clientes, de escuelas particulares y públicas también.