En mayo de 1997, se dieron a conocer a través del noticiero que conducían Ciro Gómez Leyva y Denisse Merker, por el canal 40, los crímenes cometidos por el sacerdote Marcial Maciel. Fue sin duda todo un suceso y un escándalo del que poca gente se entero en ese momento. En lugares tan apartados del tiempo y del espacio, como el sur del estado de México, pocos pudieron conocer la versión de José Barba y de José Antonio Baca que entre muchos otros, fueron víctimas de abusos sexuales y prácticas sodomitas, por el fundador de la orden de los Legionarios de Cristo.
Unicamente quienes disponíamos de televisión por satélite (la señal de SKY comenzó a transmitirse en enero de 1997) o teníamos forma de comprar el periódico La Jornada, que le dio puntual seguimiento a esta monstruosidad, pudimos enterarnos y reflexionar sobre este tema. Pocos dieron crédito a la versión desvelada, menos aún cuando por esas fechas, en temporada de La Semana Santa, a partir de entonces y hasta la fecha comenzó la visita a esta región, particularmente a Temascaltepec, de jóvenes con sus familias, de la organización laica Regnun Christi, perteneciente a la Legión de Cristo.
Las primeras veces recuerdo que el objetivo evangelizador pretendido (igual y hace 500 años), vino acompañado de religiosos pertenecientes a esta orden, de sotanas negras y alzacuellos blancos, sin mácula, que con gran arrogancia desafiaban a quienes como era mi caso, no sabíamos y no estábamos interesados en los quehaceres de esta cofradía.
Buenos clientes, oriundos de Monterrey, los jóvenes legionarios –tal y como decían las camisetas blancas que usaban- paliacate rojo y jeans azules, era tradición verlos reunidos el sábado de gloria frente a la televisión que estaba en mi negocio de abarrotes, echar porras a los equipos de futbol “rayados” de Monterrey o “tigres” de Nuevo León, que por lo general se programaba para ser jugado precisamente en ese día.
Han transcurrido 13 años desde entonces y todavía parece que no existe conciencia entre la mayoría de la población del tamaño y las características de este fenómeno, a pesar de que todos los días se conocen más detalles de la manera en que operaba esta organización, de los abusos y vilezas cometidas contra muchos de sus integrantes, como es el caso de las y los “consagrados”. Se sabe que en los próximos meses el Vaticano llevara a cabo una investigación de la estructura del Movimiento Regnum Christi, utilizado por Marcial Maciel para disponer de la gente necesaria para la Legión y los fondos para financiar su organización, su modo de ser y de vida.
El descubrimiento de las reglas, ordenanzas, exigencias, de entrega total de quienes se integraban por grados, por niveles del Regnum Christi es inverosímil. A pesar de lo secreto y prohibida reproducción, se han conocido partes del reglamento interno y existen testimonios de algunas mujeres que consiguieron liberarse de esta forma de esclavitud, cuya esencia es una obediencia irracional. Un artículo completo sobre las revelaciones de las “Consagradas” y el Manual de Estatutos que comprende las más de mil disposiciones que tratan desde aspectos sobre urbanidad y relaciones personales y familiares; acerca de sus bienes y las herencias, los productos y sus riquezas que deberán ser entregados a la Legión de Cristo, puede ser consultado en la edición 654 de la Revista Milenio, de la primera semana de mayo este año (se puede consultar de manera gratuita por internet).
Los legionarios que llegaron a Temascaltepec, igual que en todas partes donde se han extendido, se dedicaron a cooptar gente joven, bien dotada físicamente, para asistir a eventos sociales y para obtener donaciones generosas para el mismo movimiento. Conozco dos casos, gente cercana personalmente, quienes continúan viviendo en el encantamiento legionario y se resisten a creer lo que la realidad confirma.
Quienes estudian en los colegios legionarios como la UNID de Tejupilco, tampoco han tomado conciencia y hay una resistencia a analizar de manera crítica la educación recibida, cara, de corte elitista y fuente de miembros que habrán de esperar el desenlace de esta tragedia mexicana. Dudo que desaparezca este estupendo negocio para el Vaticano, a pesar del carácter y la “carisma” (así le llaman) de su fundador Marcial Maciel y todos los que como el mismo, participaron o encubrieron sus actos: bisexual, pederasta, drogadicto, polígamo, amo del chantaje y la extorsión, del abuso de la confianza y el fraude. Muy probablemente se designe un interventor externo.
Unicamente quienes disponíamos de televisión por satélite (la señal de SKY comenzó a transmitirse en enero de 1997) o teníamos forma de comprar el periódico La Jornada, que le dio puntual seguimiento a esta monstruosidad, pudimos enterarnos y reflexionar sobre este tema. Pocos dieron crédito a la versión desvelada, menos aún cuando por esas fechas, en temporada de La Semana Santa, a partir de entonces y hasta la fecha comenzó la visita a esta región, particularmente a Temascaltepec, de jóvenes con sus familias, de la organización laica Regnun Christi, perteneciente a la Legión de Cristo.
Las primeras veces recuerdo que el objetivo evangelizador pretendido (igual y hace 500 años), vino acompañado de religiosos pertenecientes a esta orden, de sotanas negras y alzacuellos blancos, sin mácula, que con gran arrogancia desafiaban a quienes como era mi caso, no sabíamos y no estábamos interesados en los quehaceres de esta cofradía.
Buenos clientes, oriundos de Monterrey, los jóvenes legionarios –tal y como decían las camisetas blancas que usaban- paliacate rojo y jeans azules, era tradición verlos reunidos el sábado de gloria frente a la televisión que estaba en mi negocio de abarrotes, echar porras a los equipos de futbol “rayados” de Monterrey o “tigres” de Nuevo León, que por lo general se programaba para ser jugado precisamente en ese día.
Han transcurrido 13 años desde entonces y todavía parece que no existe conciencia entre la mayoría de la población del tamaño y las características de este fenómeno, a pesar de que todos los días se conocen más detalles de la manera en que operaba esta organización, de los abusos y vilezas cometidas contra muchos de sus integrantes, como es el caso de las y los “consagrados”. Se sabe que en los próximos meses el Vaticano llevara a cabo una investigación de la estructura del Movimiento Regnum Christi, utilizado por Marcial Maciel para disponer de la gente necesaria para la Legión y los fondos para financiar su organización, su modo de ser y de vida.
El descubrimiento de las reglas, ordenanzas, exigencias, de entrega total de quienes se integraban por grados, por niveles del Regnum Christi es inverosímil. A pesar de lo secreto y prohibida reproducción, se han conocido partes del reglamento interno y existen testimonios de algunas mujeres que consiguieron liberarse de esta forma de esclavitud, cuya esencia es una obediencia irracional. Un artículo completo sobre las revelaciones de las “Consagradas” y el Manual de Estatutos que comprende las más de mil disposiciones que tratan desde aspectos sobre urbanidad y relaciones personales y familiares; acerca de sus bienes y las herencias, los productos y sus riquezas que deberán ser entregados a la Legión de Cristo, puede ser consultado en la edición 654 de la Revista Milenio, de la primera semana de mayo este año (se puede consultar de manera gratuita por internet).
Los legionarios que llegaron a Temascaltepec, igual que en todas partes donde se han extendido, se dedicaron a cooptar gente joven, bien dotada físicamente, para asistir a eventos sociales y para obtener donaciones generosas para el mismo movimiento. Conozco dos casos, gente cercana personalmente, quienes continúan viviendo en el encantamiento legionario y se resisten a creer lo que la realidad confirma.
Quienes estudian en los colegios legionarios como la UNID de Tejupilco, tampoco han tomado conciencia y hay una resistencia a analizar de manera crítica la educación recibida, cara, de corte elitista y fuente de miembros que habrán de esperar el desenlace de esta tragedia mexicana. Dudo que desaparezca este estupendo negocio para el Vaticano, a pesar del carácter y la “carisma” (así le llaman) de su fundador Marcial Maciel y todos los que como el mismo, participaron o encubrieron sus actos: bisexual, pederasta, drogadicto, polígamo, amo del chantaje y la extorsión, del abuso de la confianza y el fraude. Muy probablemente se designe un interventor externo.
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