DERECHO DE RÉPLICA
Antes que nada celebro el combate de ideas y pongo por delante mis blasones. Reconozco a Alfredo Borboa como Cronista de Temascaltepec y lo conozco igual y como se puede conocer a cualquier otra persona originaria de la cabecera de ese municipio, al que llegue a vivir hace 20 años, poco. Pero no estoy de acuerdo ni con su interpretación de la historia oficial de Temascaltepec y discrepo de la diatriba que Don Alfredo, escribió con respecto a la anterior columna de este CRITICO DE TEMAS.
Antes quiero señalar que la opinión que exprese por escrito, también la difundí en el noticiero estelar que transmite el Canal 28 de Televisión por cable, donde semanalmente dispongo de un espacio para comentar temas de actualidad, de política y de cultura y que puede ser visto en youtube o en facebook, en la página de este medio de comunicación.
Asimismo deseo hacer constar, que por un error de comunicación, la contribución inicial que envié al periódico, salió titulada como CRITICO DE TEMASCALTEPEC y no es así, tal y como lo explico en el noticiero televisado a que hago referencia, pero si acepto que en ninguno de los dos medios he expresado la intención política de un ciudadano como es mi caso, por manifestarme en contra de las intenciones políticas de la gente que gobierna a México y que deciden y arreglan y realizan cambios, que suelen ser desafortunados e incluso nocivos para la nación.
No estoy de acuerdo con lo que expresa el Lic. Borboa, en razón de que en ninguna parte señalo que Mariano Mociño haya sido un traidor y menos a la patria. Porque si bien emplee un “garlito” (dícese de celadas en el ajedrez) para provocar una reacción –que así sucedió- la realidad es que me serví de una carta firmada por el Sr. Blackaller y publicada por PROCESO donde se manifiesta igualmente en contra de que las calles del Estado de México, lleven nombres de TRAIDORES Y CONSERVADORES. Luego entonces, si bien Agustín de Iturbide, o Manuel Hidalgo Esnaurrízar, José Mariano Salas, o el dichoso Arzobispo Pelaglo Antonio, caen el apartado de traidores a México, no es así en el caso del ilustre Mariano Mociño, por supuesto, como tampoco lo es, que me haya referido a un México, que entonces aun ni siquiera existía.
Por lo tanto ya no me referiré a la crítica elaborada por el Cronista de Temascaltepec y si en cambio al hecho que provoco a la misma: que la intención de poner el apellido de Mariano a este municipio, es una intención política, conservadora y reaccionaria. No es como Nepantla que en 1945 decidió agregar el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz, a instancias del gobernador Isidro Fabela; o Taxco, otro caso que desde 1872 dejo de ser de Hidalgo para convertirse en de Juan Ruiz de Alarcón. Porque ambos literatos representaron además de la belleza de sus composiciones, el sentido de suberversión y de oposición a una historia colonial que desmadejo y desdibujo los pasados prehispánicos, llenos de riqueza y cultura, aplastados por la ciega torpeza de los emisarios y embajadores de la religión católica.
Existe otro antecedente, en relación a este tema de Mariano Mociño y que publique el pasado mes de mayo en el libro titulado CARTAS SUREÑAS, en la página 288, en una Carta titulada HISTERIETAS, que respetando la tradición del ensayo político, mediante epístolas extensas, el “gustus”, el del estilo de la prueba, inaugurado por Montaigne, (quien en sus melancólicas obras sobre el carácter de la gente, se lamentaba por las conquistas del Nuevo Mundo y se declaraba partidario de «No cambiar caprichosamente una ley recibida») desarrollé un ensayo sobre lo que yo llamaría, fallida interpretación de la historia de Temascaltepec y la necesidad de enriquecer las monografías regionales. De manera tal que a una lectura incorrecta de lo que escribí, y de la intención con que lo hice, espero en razón de la gran amistad que nos une a usted Don Alfredo y a un servidor, con el Director de este periódico, el Quijote del Periodismo, creo usted le llamo así a Don Félix García, que no hagamos una HISTERIETA de lo que son razones y argumentos diferentes. No tengo dudas de los meritos de Mariano Mociño, pero si rechazo que su nombre sirva para mantener un pasado que cierra las esperanzas de cambio y renovación a este municipio.
Que es el sentimiento que me hace criticar la intentona por nombrar a Temascaltepec con otro nombre. Al Temascaltepec constituido por más de 40 pueblos habitados por gente que era feliz trabajando el campo, hace 20 años. Al Temascaltepec que parece no existir frente a la cabecera municipal, depositaria centenaria de las reliquias abandonadas de los antiguos patrones que lo habitaron. Centro de reunión de los recuerdos de los españoles, alemanes, ingleses, norteamericanos que se superponen a la riqueza cultural, laboral, social de Carboneras, Tenayac, Telpintla, San Andrés, por citar solo algunas poblaciones, donde encontré auténticos amigos en mi nueva vecindad.
Es una paradoja que los trabajos de Mociño siendo decisivos para la ciencia, permanecieron inéditos por siglos. No obstante, retrotraer su recuerdo estoy seguro que hará que el Temascaltepec del siglo XXI, continúe inédito, alejado, olvidado y no estoy de acuerdo que esa sea la condena, que merezca un lugar tan lleno de encantamientos.
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