Tuesday, October 12, 2010

AJEDREZ ROMÁNTICO

El Premio Nobel de Literatura otorgado a Mario Vargas Llosa, es un reconocimiento al espíritu romántico que sobrevive en la humanidad. Los trabajos escritos de Vargas Llosa se inscriben en esta corriente que brevemente se pueden definir, a través de palabras como iniciativa, rebeldía, imaginación y fantasía, irracionalidad y libertad. Mas que una reacción en contra de las reglas y principios clásicos o contrarios a la razón y su fuerza, o a la fuerza de la razón, el romanticismo es el lance, el sacrificio, es riesgo y audacia, la entrega total, el todo a cambio del honor, el placer y el reconocimiento brillante.
Son antecedentes de Vargas llosa personajes tan importantes como Pablo Bécquer, o los Jose’s, Zorrilla y Espronceda. Me quedo con los, a mi juicio grandes románticos franceses: Víctor Hugo, Flaubert y mí preferido, Stendhal, cuyo tratado “Del Amor” es ejemplo exacto de la magia del amor romántico, de la pasión y del placer doloroso o el dolor del placer.
Sucede exactamente lo mismo en el campo del ajedrez, cuya etapa romántica está llena de partidas brillantes. En esta época, cuyo florecimiento se vivió a mediados del siglo XIX, destacan los nombres de jugadores de la talla de Labourdonais, Zukertort, o Anderssen y Kieseseritzky, de cuya memoria queda la partida llamada “La Inmortal” (ver diagrama)
El más grande de todos los ajedrecistas románticos fue el hispano-francés, nacido en Norteamérica Paul Morphy, quien destaco no solo por arrasar con todos los grandes jugadores europeos de la época, sino por hacerlo con brillantes, hermosura y juego de ataque. Una característica del romanticismo es el desprecio por la igualdad, por lo que los empates o “tablas” no eran nunca el objetivo del juego. Ganar o perder, siempre con preeminencia de la belleza sobre el cálculo y la posición.
Como se puede ver en el diagrama final de “La Inmortal”, el objetivo romántico del ajedrez queda claramente expresado con la muerte del rey contrario, a pesar de que las piezas blancas se encuentran en considerable inferioridad de material (¡así es el verdadero amor!). Han sido grandes exponentes del romanticismo en el ajedrez contemporáneo, jugadores como Paul Keres y el más sobresaliente de esta escuela en desuso, por el riesgo de perder ante una buena defensa, Miguel Tal.
Campeones como Alejandro Alekhine, Bobby Fisher y Gary Kasparov, en cambio son los grandes expositores de la belleza romántica del ajedrez de ataque, en combinación con el cálculo preciso de la ciencia matemática y la lógica exacta.
También figuran en este registro tan humano y tan hermoso del ajedrez, la joven Judith Polgar y el mexicano Marcel Sisneaga. Todos ellos, ajedrecistas, literatos, artistas en general o los hombres de Estado, que hacen un arte de la política, como Napoleón Bonaparte, George Washington o Luis Ignacio “Lula” Da Silva, son los genios que trascienden y cambian para bien, la historia del mundo.
“La Inmortal”: Anderssen-Kieseritzky (Londres 1851)
1. e4 e5 2. f4 exf4 3. Ac4 Dh4+ 4. Rf1 b5 5. Axb5 Cf6 6. Cf3 Dh6 7. d3 Ch5 8. Ch4 Dg5 9. Cf5 c6 10. g4 Cf6 11. Tg1 cxb5 12. h4 Dg6 13. h5 Dg5 14. Df3 Cg8 15. Axf4 Df6 16. Cc3 Ac5 17. Cd5 Dxb2 18. Ad6 Axg1 19. e5 Dxa1+ 20. Re2 Ca6 21. Cxg7+ Rd8 22. Df6+ Cxf6 23. Ae7++

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