Monday, June 14, 2010

HABLEMOS DE FUTBOL II

La edición del 6 de junio del periódico Reforma, contiene un par de coincidencias con mis contribuciones semanales en el Monitor, sin plagio ni copycat de por medio, como se desprende de las respectivas fechas de publicación. Una nota sobre las niñas que se hacen llamar las Chicas Gaga y un reportaje de Roberto Zamarripa en el suplemento Enroque, titulado Grilla y Liguilla, del cual voy a tomar a continuación el estupendo análisis que realiza, de los paralelismos entre futbol y política en México y la revelación que acarrea respecto a que un partido de futbol, finalmente no es una cosa simple, ni banal.
De la primera parte de la nota, abundante en cifras destaco un dato relevante: México es el país que más derrotas ha sufrido en la historia de las Copas del Mundo. La Segunda parte, adelanta la hipótesis central del análisis: al igual que el país, el futbol ha cambiado, de la misma manera por quienes deciden los “asuntos públicos fundamentales de la vida del país: las televisoras y los gobernadores”. Para llegar a este nuevo sistema de organización del futbol, han debido ocurrir cambios esenciales en el Sistema Político que gobierna México, después que nuestro país fue sede: “el mundial de 1970 representa un punto de inflexión simultaneo… la televisión pone piso para una nueva etapa, mientras el futbol toca techo para pasar al ostracismo”
Hay que recordar dos cosas. Que Telesistema Mexicano-Televisa se plantea la compra del Club América, con el fin de conseguir la sede del mundial; y por otra parte, que para finales de los 60’s, siendo México anfitrión de las Olimpiadas de 1968 y del Mundial de 70, el sistema político, el gobierno y el Estado Mexicano se enfrentaban a una crisis fatal, terminal, que únicamente pudo salvarse, temporalmente, mediante la represión estudiantil y en general de la mayoría de los movimientos sociales que comenzaban a manifestarse en todo el país.
En el mundial de 1970, el equipo mexicano tuvo una actuación apenas regular, que termino en “La Bombonera” de Toluca, cuando la escuadra de Italia masacro a la selección mexicana (“los ratones verdes”, de Manuel Seyde). Después de ese torneo, comenzó la sobrevaloración del futbol nacional, vía las transmisiones de la televisión. Prueba de ello es que para el siguiente Mundial en Alemania 74, el equipo de México no calificó, al ser eliminado en el torneo previo, donde cayó derrotado por las selecciones de Trinidad y Tobago y la de Haití.
Peor le fue al futbol mexicano en el Mundial de Argentina 78, al cual se califico gracias a que la eliminatoria se realizo en el estadio Azteca, solo para ir a disputar el certamen un equipo inflamado, que termino en el último puesto de la contienda. Un anécdota de entonces, tras el partido contra Alemania viene a cuento, pues al concluir el primer tiempo, con el marcador en contra 3-0, sale lesionado el portero titular (Castrejón) y al terminar el partido, aún en camilla le pregunta al portero sustituto (Tarzan Palacios) ¿Cómo nos fue compadre?, a lo que responde “empatamos”… también a mi me anotaron tres goles. Resultado 6-0.
El siguiente Mundial de 1986, califico a México… porque lo organizo nuestro país, ante la renuncia de Colombia para llevarlo a cabo. Para entonces, síntoma del clima que vivía la sociedad mexicana, está en la memoria colectiva, la rechifla ensordecedora que se lleva el Presidente Miguel de la Madrid, al momento de la inauguración del torneo, al ser juzgado socialmente culpable, de destrozar no solo instituciones, prácticas, usos, costumbres, garantías sociales, sino la ciudad capital, tras el Terremoto que en 1985, exhibió a la tecno burocracia PRIPanista, ya dueña del poder: inútil, ajena, sin dirección, sin autoridad alguna. Pero el hecho más contundente que relaciona ambas variables: política y futbol, acontece en el siguiente periodo campeonil.
México se partía en pedazos. Del PRI se alejaban los representantes políticos de la ideología nacionalista y revolucionaria. En 1988 salían del PRI (que amenaza con regresar, futbolísticamente hablando con su nuevo puntero, el “Kikin Peña”), Cuauhtémoc Cárdenas, Muñoz Ledo y la competencia por la Presidencia de la República, contra Salinas de Gortari es definida por un fraude descarado, pero avalado por el Sistema Político y sus nuevos aliados: el PAN de Diego Cervantes de Cevallos (¿valdrá los 550 millones de pesos que se rumora, piden quienes lo secuestraron?), al que adornan de pragmatismo y sensatez.
Para la siguiente Copa Mundial de Futbol que se jugó en Italia 90, la selección y el futbol mexicano fueron expulsados previamente de toda competencia internacional, por el fraude revelado de unos jóvenes jugadores que no tenían la edad que demostraban sus actas de nacimiento. El episodio de los “Cachirules” en el futbol, es la “cereza que corona el pastel” del nuevo estilo de gobernar en México.
Es el engaño y el fraude, la simulación, la mentira, el cinismo, lo que prevalece desde entonces, como virtud superior de la política. Como ahora que se dictamina la responsabilidad culpable de quienes estaban al frente del Gobierno de Sonora o el IMSS, en el caso de los 49 niños muertos en una guardería y no hay renuncias de por medio. Como sucede cuando se entregan fertilizantes a campesinos, a cambio de militancia política; o se condiciona la entrega de la credencial del Seguro Popular, a la asistencia en una acto presidido por el Alcalde Municipal.

No comments: