Probablemente cuando este leyendo estas líneas, ya se conozca o este por terminar, el partido disputado entre las selecciones de México y Sudáfrica. Cualquiera sea el resultado me gustaría, por la emoción que significa creer en algo; por el gusto por el balompié, por los años que llevo de saber y ser espectador del futbol nacional, pero sobretodo por ser el equipo que representa a mi país, disfrutar un triunfo. No obstante espero que la Selección sea derrotada, que la participación del equipo no supere la primera ronda –la presencia de Felipe Calderón (en un tiempito que le deje los asuntos de trabajo que comunica, la oficina de la Presidencia que ocupa, va a tratar con el país anfitrión de la Copa Mundial) se encargara de confirmar mi vaticinio- para que no se lucre con la pasión de la gente, para evitar que se manipulen los sentimientos de la nación.
Porque un asunto tan simple como es un partido de futbol, se ha convertido en emblema de patriotismo. Porque el frenesí alentado desde hace un año –caso único en el mundo- por el futbol, representa un negocio multimillonario para las cadenas de televisión y para todas las empresas, capaces de participar de la publicidad y comercialización masiva, a través de engañar, de embriagar, de distorsionar la alimentación, de manipular al público consumidor. Porque como bien lo señala José Ramón Fernández, “la selección es el drama y desastre de este país”.
Un amplio estudio publicado sobre el futbol, titulado Soccernomics de Kuper y Szymank, afirma que el futuro del futbol va a estar determinado por tres variables: población, PIB per cápita y experiencia en el futbol. Países como China, por su población o los Estados Unidos y Japón, por la riqueza de sus economías y Rusia por ambas variables, están llamados a irrumpir el liderazgo indiscutible de las selecciones de Brasil, Italia y Argentina, los experimentados del deporte de la patada.
En Soccernomics se comparan distintas estadísticas entre países del futbol, tales como alimentación, asistencia a estadios, exportación de jugadores, formación de fuerzas básicas y la conclusión es que México no tiene futuro en este deporte. Para este torneo que arranca mañana, México presenta un equipo que cuenta con 10 jugadores que militan fuera del país, en tanto Brasil tiene 750 y Argentina más de 600.
Los problemas que enfrenta el futbol nacional son parte de los problemas que aquejan a todo el país. Al igual que México, el futbol que ahora padecemos y sufrimos todos los aficionados, surge en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. De una época en que competían los equipos de los “prietitos” del Atlante y los “electricistas” del Necaxa, en contra del Asturias y del España, representantes de la comunidad hispana asentada en nuestro país; de los duelos entre Pepe Valtonra, el Pirata Fuentes o la Total Carbajal -parte de la épica de entonces- contra jugadores de la talla de Isidro Lángara o Luis Regueiro. Nació entonces el futbol contemporáneo, el que se ha apoderado de la Federación Mexicana de Futbol, de jugadores, equipos, árbitros, pelota, anuncios, de todo. Justamente es el equipo América, adquirido en 1959 por Emilio Azcárraga Vidaurreta el “patriarca” y puesto en manos de Emilio Azcárraga Milmo “el tigre”, su hijo, el que inaugura esta otra forma de jugar el soccer. Socios Propietarios y fundadores de Telesistema Mexicano, el origen de Televisa, son ejemplo perfecto de la imagen del éxito empresarial en el país, bajo el amparo del gobierno, en sociedad. Junto con Azcárraga, el otro socio original de Televisa y del Club América fue Miguel Alemán Jr., hijo predilecto del ex presidente homónimo.
El Pasado 10 de mayo el defensa mexicano Rafa Márquez, denuncio en una entrevista el carácter de “esclavos” que tienen los futbolistas mexicanos. Adjetivo que se puede generalizar actualmente a la mayoría de compatriotas que aceptan y obedecen, sin el uso de la facultad de deliberar, ni el poder de decidir. Como el Diputado Vladimir Ramos del Partido Nueva Alianza, quien acaba de ser echado de su curul, por haber terminado su relación sentimental, con la hija de la Maestra Gordillo. Como los alumnos de la UPN en Tejupilco, quienes no pueden opinar, menos estar en contra del gobernador autóctono, so pena de no conseguir jamás una plaza de maestro, o ser vetados permanentemente.
Habría que recordar que en la Copa América de Futbol de 1993, hubo un intento por defender los derechos de los jugadores mexicanos, ante el llamado “draft” o mercado de jugadores. La rebelión fue liderada por Hugo Sánchez y por Javier “el Vasco” Aguirre, no obstante que el intento fue abortado por la labor de esquiroles, de dos nefastos exponentes del deporte mexicano: Carlos Hermosillo y Juan Manuel de la Torre, el actual entrenador del Toluca.El tiempo ha pasado, muchas cosas han cambiado, el dinero que todo lo puede y compra ha convertido a Javier Aguirre en un mercenario, mentiroso y perverso (me voy de este país de “jodidos” declaró en febrero) y a Hermosillo en perro fiel y guardián del PAN. No quiero imaginar lo que va a pasar en caso de que México tuviera un papel decoroso en el certamen. Probablemente hasta se olvide el Tzompantli en que se ha convertido nuestro país, ni quien se acuerde de Sergio Adrian Hernández, de 14 años, muerto en territorio mexicano, por una bala que disparo un yanqui, desde la orilla del territorio que nos robaron hace poco más de 150 años
Porque un asunto tan simple como es un partido de futbol, se ha convertido en emblema de patriotismo. Porque el frenesí alentado desde hace un año –caso único en el mundo- por el futbol, representa un negocio multimillonario para las cadenas de televisión y para todas las empresas, capaces de participar de la publicidad y comercialización masiva, a través de engañar, de embriagar, de distorsionar la alimentación, de manipular al público consumidor. Porque como bien lo señala José Ramón Fernández, “la selección es el drama y desastre de este país”.
Un amplio estudio publicado sobre el futbol, titulado Soccernomics de Kuper y Szymank, afirma que el futuro del futbol va a estar determinado por tres variables: población, PIB per cápita y experiencia en el futbol. Países como China, por su población o los Estados Unidos y Japón, por la riqueza de sus economías y Rusia por ambas variables, están llamados a irrumpir el liderazgo indiscutible de las selecciones de Brasil, Italia y Argentina, los experimentados del deporte de la patada.
En Soccernomics se comparan distintas estadísticas entre países del futbol, tales como alimentación, asistencia a estadios, exportación de jugadores, formación de fuerzas básicas y la conclusión es que México no tiene futuro en este deporte. Para este torneo que arranca mañana, México presenta un equipo que cuenta con 10 jugadores que militan fuera del país, en tanto Brasil tiene 750 y Argentina más de 600.
Los problemas que enfrenta el futbol nacional son parte de los problemas que aquejan a todo el país. Al igual que México, el futbol que ahora padecemos y sufrimos todos los aficionados, surge en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. De una época en que competían los equipos de los “prietitos” del Atlante y los “electricistas” del Necaxa, en contra del Asturias y del España, representantes de la comunidad hispana asentada en nuestro país; de los duelos entre Pepe Valtonra, el Pirata Fuentes o la Total Carbajal -parte de la épica de entonces- contra jugadores de la talla de Isidro Lángara o Luis Regueiro. Nació entonces el futbol contemporáneo, el que se ha apoderado de la Federación Mexicana de Futbol, de jugadores, equipos, árbitros, pelota, anuncios, de todo. Justamente es el equipo América, adquirido en 1959 por Emilio Azcárraga Vidaurreta el “patriarca” y puesto en manos de Emilio Azcárraga Milmo “el tigre”, su hijo, el que inaugura esta otra forma de jugar el soccer. Socios Propietarios y fundadores de Telesistema Mexicano, el origen de Televisa, son ejemplo perfecto de la imagen del éxito empresarial en el país, bajo el amparo del gobierno, en sociedad. Junto con Azcárraga, el otro socio original de Televisa y del Club América fue Miguel Alemán Jr., hijo predilecto del ex presidente homónimo.
El Pasado 10 de mayo el defensa mexicano Rafa Márquez, denuncio en una entrevista el carácter de “esclavos” que tienen los futbolistas mexicanos. Adjetivo que se puede generalizar actualmente a la mayoría de compatriotas que aceptan y obedecen, sin el uso de la facultad de deliberar, ni el poder de decidir. Como el Diputado Vladimir Ramos del Partido Nueva Alianza, quien acaba de ser echado de su curul, por haber terminado su relación sentimental, con la hija de la Maestra Gordillo. Como los alumnos de la UPN en Tejupilco, quienes no pueden opinar, menos estar en contra del gobernador autóctono, so pena de no conseguir jamás una plaza de maestro, o ser vetados permanentemente.
Habría que recordar que en la Copa América de Futbol de 1993, hubo un intento por defender los derechos de los jugadores mexicanos, ante el llamado “draft” o mercado de jugadores. La rebelión fue liderada por Hugo Sánchez y por Javier “el Vasco” Aguirre, no obstante que el intento fue abortado por la labor de esquiroles, de dos nefastos exponentes del deporte mexicano: Carlos Hermosillo y Juan Manuel de la Torre, el actual entrenador del Toluca.El tiempo ha pasado, muchas cosas han cambiado, el dinero que todo lo puede y compra ha convertido a Javier Aguirre en un mercenario, mentiroso y perverso (me voy de este país de “jodidos” declaró en febrero) y a Hermosillo en perro fiel y guardián del PAN. No quiero imaginar lo que va a pasar en caso de que México tuviera un papel decoroso en el certamen. Probablemente hasta se olvide el Tzompantli en que se ha convertido nuestro país, ni quien se acuerde de Sergio Adrian Hernández, de 14 años, muerto en territorio mexicano, por una bala que disparo un yanqui, desde la orilla del territorio que nos robaron hace poco más de 150 años
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