Un sabio español, poco conocido en el México contemporáneo, fue sin duda Baltasar Gracián. De sus obras, Agudeza y Arte del Ingenio, El Héroe, El Discreto, El Político, pero sobretodo en El Criticón, este singular filósofo resume la sabiduría clásica y la experiencia peninsular y arábiga del Siglo XV, en una de sus máximas sobresalientes: “el principio es la mitad del todo”
El día de hoy, comienza por el principio claro, una de las fiestas más importantes en la historia de Tejupilco: por ser el primer festejo del gobierno municipal, Presidido por el Ing. Isael Villa Villa; por ser la primera vez que nos visita la Compañía de Danza, de la ejemplar, Maestra Ema García; y por primera vez se privilegia, la cultura y la expresión artística de manera conjunta, entre el H. Ayuntamiento y los ciudadanía de Tejupilco.
Creo que la historia se parece más a un cuento que a un tratado, a una novela que a un libro de texto o una enciclopedia. Hay que inventar la historia, hacer historias para vivirlas, para creer y para soñar en ellas. Tratar de explicar históricamente Tejupilco, es terminar por no entenderse. En cambio platicar Tejupilco es vivir intensamente esta región. Imagino un Tejupilco, sede de los jóvenes debutantes en el juego de la pelota, una especie de región sub20 de los aztecas, mexicas o totonacas. Un Tejupilco pirata, corsario y guerrillero. Un Tejupilco insurgente, rebelde, valiente, escandaloso, gritón y bailador.
Yo creo que aquí nació la estirpe que inflamó “las amígdalas” al hispano-criollo Miguel Hidalgo y lo enervo para convocar al México que nació hace 200 años. El pasado de Miguel fue decisivo en la sublevación convocada. La Hidalguía de su abolengo, estoy seguro que lo mantuvo vivo aún después de las excomuniones y maldiciones, la defenestración y las humillaciones que le impuso la Iglesia de la que alguna vez fue miembro y que le pagó con desprecio, ruindad e hipocresía.
Principio de un México diferente al que comienza o termina en la cima del camino que conduce a este bello lugar, en lo alto de la cordillera que divide el altiplano del centro, con las llanuras de la región: Tejupilco es el sur y la vida sureña no se aprehende fuera de aquí misma.
Las fiestas al norte son profundas, místicas, sufridas, abnegadas, frías y dolorosas. Las fiestas en el sur comienzan el viernes de Carnaval, simultáneamente que en Rio de Janeiro, donde las mulatas hermosas se sacuden al el ritmo de la samba, al compás de otros carnavales famosos en el mundo: Venecia y las mascaradas, Nueva Orleans y el jazz, Veracruz y la mesa que más aplauda… La fiesta de Tejupilco inicia este viernes 12 con todo su caudal de alegría, de calor y de amor. Fiesta de la carne, fiesta del placer y los sentidos, preámbulo de la abstinencia y vigilia.
La de Tejupilco es una fiesta popular y la de este año centenario por partida doble, es particularmente sobresaliente, por la visita que inaugura la fiesta misma: una compañía por partida triple, integrada por hombres y mujeres mexicanos, de otras latitudes, humanos y generosos: La de Danzas Árabes Contemporáneas “Bashira”, de la cautivadora Freya; la de Folclore Regional “Itathia”, del Maestro Juventino; y la estrella superior, la de Danza Clásica Marie Taglioni, de Ema Garcia.
El espectáculo promete ser inolvidable. Se invita a todo el público, lector acudir a las 6 de la tarde al “Teatro del Pueblo”, levantado enfrente de la Presidencia Municipal, en la explanada que se estrena este año.
La entrada por supuesto gratuita, da derecho a ser testigos de un evento cultural que difícilmente se repetirá en mucho tiempo, y que muy probablemente jamás hayan sido visto por las mayorías de este sur de México.
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