Las reducciones anunciadas en el suministro del flujo de agua para el DF y los municipios conurbados a la Zona Metropolitana, desde hace un año, pueden ser vistas como una medida de política económica y ecología, de previsión y desarrollo, por parte de un gobierno que es incapaz de ordenar, organizar o planear ni las palabras que salen de sus bocas. O bien como medidas de presión, de chantaje y de manipulación por parte del emisario que una vez se presento con Brozo en el noticiero del Mañanero, precisamente Luege Tamargo, el actual Director de la CONAGUA, a filtrar una parte –solo una parte, pues hay quien dice que había hasta un pelis XXX de Martha Sahagún- de los videos grabados por el siniestro Carlos Ahumada.
LA OPOSICIÓN AL PROYECTO TEMASCALTEPEC
Fue hasta principios de 1996, cuando nuevamente arrancaron los trabajos de exploración y análisis con el objetivo de continuar con la cuarta etapa del sistema Cutzamala. El proyecto original contemplaba inicialmente la construcción de una presa de 100 metros de altura, con una capacidad de 80 millones de m³ de agua, para ser transportada a través de un túnel de 16 Km. de longitud por 3.5 m de diámetro y que terminaría por verter su caudal en la laguna de Valle de Bravo. El inicio de la obra se programó en octubre de 1996, con la intención de concluir los trabajos en su totalidad, para el mes de diciembre de 1999.
A cambio de la construcción de las obras necesarias para la ejecución de la presa del Tule, se ofrecía entonces, a la población lugareña una derrama económica directa por el empleo de 1500 trabajadores y el compromiso de compra de los materiales necesarios en la misma región.No obstante para octubre de 1998 se decidió replantear el proyecto Temascaltepec, ante la inconformidad de la población del municipio, así como otros municipios y comunidades de los Estados de Michoacán y de Guerrero. La sequía de los manantiales aguas abajo, pero también aguas arriba de la presa, así como el desperdicio del que es objeto el preciado líquido en el Valle de México fueron el pretexto de la oposición, las razones esgrimidas.
Se decidió reconsiderar el proyecto original, por uno diferente que entonces considera la construcción de dos presas, de menor altura, de 13 y 31 metros respectivamente. El rediseño de la infraestructura hidráulica así como las características del proyecto, pretenden convencer a los habitantes de Temascaltepec y ya ahora de todo el sur de México, particularmente los que se suponen serán afectados, de que el nuevo proyecto no perjudicara en absoluto la dotación del agua acostumbrada y en general los usos y costumbres de toda la región.
Conducida ahora por una tubería de acero y concreto, que habría de rodear por los municipios de Zacazonapan, Santo Tomas de los Plátanos y Otzoloapan, se planeo descargar el flujo de agua en la presa de Colorines y allí depositar los 5 m³ x s, con los cuales se redondearía el sistema Cutzamala y se aprovecharía la infraestructura original en un 100%.La oferta política a cambio del agua, se pretendió sería mejor: $20 millones de pesos en obras –algo así como 250 mil dólares de hoy- y supuestamente ya invertidos; un programa de desarrollo regional, un fideicomiso que asegure su cumplimiento; y 4000 empleo directos, en los dos años que tardarían las obras de construcción de las presas, de conducción del agua, de bombeo, torres de oscilación, canales y tanques. Derrama económica que al cabo de dos años podría ser cercana a los $48 millones de dólares al tipo de cambio actual, sin contar los beneficios que reportarían las compras y ventas indirectas, ni los perjuicios que acompañan la realización de estas inversiones: contaminación, inflación, depredación, delincuencia y muchas más.Es bien sabido que en esta región, la gente no es muy abierta a expresar sus opiniones, sin embargo una buena parte de la población se opuso decididamente a esta obra, a cualquier precio, y la otra parte de los habitantes tampoco la aceptan, ni desean, aunque no lo digan.
LA OPOSICIÓN AL PROYECTO TEMASCALTEPEC
Fue hasta principios de 1996, cuando nuevamente arrancaron los trabajos de exploración y análisis con el objetivo de continuar con la cuarta etapa del sistema Cutzamala. El proyecto original contemplaba inicialmente la construcción de una presa de 100 metros de altura, con una capacidad de 80 millones de m³ de agua, para ser transportada a través de un túnel de 16 Km. de longitud por 3.5 m de diámetro y que terminaría por verter su caudal en la laguna de Valle de Bravo. El inicio de la obra se programó en octubre de 1996, con la intención de concluir los trabajos en su totalidad, para el mes de diciembre de 1999.
A cambio de la construcción de las obras necesarias para la ejecución de la presa del Tule, se ofrecía entonces, a la población lugareña una derrama económica directa por el empleo de 1500 trabajadores y el compromiso de compra de los materiales necesarios en la misma región.No obstante para octubre de 1998 se decidió replantear el proyecto Temascaltepec, ante la inconformidad de la población del municipio, así como otros municipios y comunidades de los Estados de Michoacán y de Guerrero. La sequía de los manantiales aguas abajo, pero también aguas arriba de la presa, así como el desperdicio del que es objeto el preciado líquido en el Valle de México fueron el pretexto de la oposición, las razones esgrimidas.
Se decidió reconsiderar el proyecto original, por uno diferente que entonces considera la construcción de dos presas, de menor altura, de 13 y 31 metros respectivamente. El rediseño de la infraestructura hidráulica así como las características del proyecto, pretenden convencer a los habitantes de Temascaltepec y ya ahora de todo el sur de México, particularmente los que se suponen serán afectados, de que el nuevo proyecto no perjudicara en absoluto la dotación del agua acostumbrada y en general los usos y costumbres de toda la región.
Conducida ahora por una tubería de acero y concreto, que habría de rodear por los municipios de Zacazonapan, Santo Tomas de los Plátanos y Otzoloapan, se planeo descargar el flujo de agua en la presa de Colorines y allí depositar los 5 m³ x s, con los cuales se redondearía el sistema Cutzamala y se aprovecharía la infraestructura original en un 100%.La oferta política a cambio del agua, se pretendió sería mejor: $20 millones de pesos en obras –algo así como 250 mil dólares de hoy- y supuestamente ya invertidos; un programa de desarrollo regional, un fideicomiso que asegure su cumplimiento; y 4000 empleo directos, en los dos años que tardarían las obras de construcción de las presas, de conducción del agua, de bombeo, torres de oscilación, canales y tanques. Derrama económica que al cabo de dos años podría ser cercana a los $48 millones de dólares al tipo de cambio actual, sin contar los beneficios que reportarían las compras y ventas indirectas, ni los perjuicios que acompañan la realización de estas inversiones: contaminación, inflación, depredación, delincuencia y muchas más.Es bien sabido que en esta región, la gente no es muy abierta a expresar sus opiniones, sin embargo una buena parte de la población se opuso decididamente a esta obra, a cualquier precio, y la otra parte de los habitantes tampoco la aceptan, ni desean, aunque no lo digan.
CONTINUARA…
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